¡Todos a morir!

Todos a morir

 

––Buenos días maestro, es para mí un honor estar en esta sala junto a usted, gracias por atenderme. Su asistente fue enfático en solo cinco minutos de entrevista, ¿me permite?

––Adelante.

––Siendo usted latino ¿Qué opinión le merece Latinoamérica?

––Hermoso lugar.

––Quiero decir: ¿cuál cree usted que sea el mal en Latinoamérica, específicamente en el sur, para que sus pueblos no prosperen, cómo sí lo hacen países en otros continentes?   

––Creo que los países latinos son muy prósperos.

––¿Está usted deslegitimizando el informe anual de la CEPAL?

––Lo desconozco.

––Eso veo. Para ilustrarlo; el informe indicó que; el año pasado se llegó a un índice de 12,5% de pobreza extrema, y la taza de pobreza aumentó a un 33,7% de la población, eso quiere decir que: el total de personas pobres ascendió a 209 millones. ¿Qué opinión le merece a usted eso?

––Me alegra que ese informe sea del año pasado.

––No entiendo…  Ahora mismo hay muchas personas pasando necesidades, creí que usted nos podría iluminar sobre cómo ayudarlos. ¿Le interesa a usted los pueblos latinos?

––Mucho

––Discúlpeme maestro, pero… no es lo que parece.

––Las apariencias engañan.

––Si en realidad le interesaran, dígame una forma en la que podemos ayudar a Latinoamérica.

––Hay que irnos.

––¿Migrar?

––No, morir.

––!Pufff! Lo siento, creo que me equivoqué con usted, no es la persona que esperaba.

––Pero si se quiere ayudar, es la única forma.

––A ver, y… según usted ¿cómo sería eso? Sin monosílabos por favor.    

          ––¡Vete! Vete a otra parte, sal de ese lugar y no vuelvas. Vete lejos a donde tus pies nunca hayan pisado, a dónde tu alma sea libre de expresar sus pensamientos y no la asesinen por ello. Aléjate de todo y de todos los que te recuerden los atropellos del gobierno, las masacres locales, el amarillo de la prensa y hasta la delincuencia de las instituciones. Vete y deja a tus hermanos atrás, déjalos morir en su ley, la ley de inmortalizar a los artistas, la de creer que la academia cambiará un país, la del sueño de la copa mundo y la de la farsa en las redes sociales. No mires atrás ni por un segundo, ni siquiera a la mujer que te vio nacer. Emancípate, renuncia a la ciudadanía que tienes cercada por banderas y escudos, libérate de la autocracia disfrazada de democracia latina, no te limites a un solo suelo, explora el mundo antes de que se acabe. Vete tan lejos como puedas, escapa de la lluvia ácida del doble sentido, del letargo de la juventud, la pobreza de la adultez y las perversiones de los ancianos. Eso sí; si te vas nada cambiará, los muertos seguirán enterrados, el agua permanecerá sucia y la ceguera aún será la luz que brilla, pero no importa, lo importante es que te vayas. ¡sal ahora y no vuelvas nunca! Sin embargo… antes de irte, llévate a alguien más, así serán menos los payasos del circo, menos fotos a los platos de comida, menos votos por el centro, la derecha o la izquierda, serán menos los esclavos laborales y menos los comprados con sándwich y gaseosa. Ve y muérete en ese lugar, desechas esos odres viejos que te hacen quién eres ahora, y busca en el calor de tu tumba un mejor vientre, y solo hasta cuando la vida sensata te dé a luz de nuevo, regresa a casa e ilumina a otros para que mueran también, y así; cada vez serán menos latinos y más ciudadanos del mundo, cada vez serán más humanos, más sabios.

––Y… Maestro ¿en qué me sugieres que haga ese viaje?

––En un libro claro está, en un libro.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *