De Larvas a Adultos. ¿Cómo?

Analogía literaria poco usual para entender cómo operan los jóvenes

Muchos poetas coinciden en que el sueño más banal que tuvo alguien un día fue querer crecer, porque el ideal que encierra el joven frente al adulto es la emancipación, la libertad plena para hacer realidad lo que alguna vez deseó, ignorando lo que Oscar Wilde decía: “La juventud es la única edad en la que se puede ser viejo”, luego es tarde para comprender estas palabras.

Juventud es mucho más que una etapa, es la flor que se abre a la vida, como decía Neruda. Sin embargo, agobia cada momento al joven el deseo que los demás quieren plasmar en él. Una corriente indómita de ejemplos de vida, obligaciones y tareas que lo preparan para sobrevivir a lo que los adultos llamamos vivir. Pareciera que nos divierte condenarlos a seguir nuestros pasos a una tumba viva de responsabilidades y presiones sociales, o en palabras de Mandela, “La juventud es la época de los compromisos”. Así tomamos su ser larvario y lo moldeamos a conveniencia, sea por respuesta familiar, escolar o social; a lo que consideramos deben ser. Sin embargo, ¿tomamos el tiempo para conocerlos? o tansiquiera ¿conocemos sus intereses o espectativas propias? En la mayoria de cosos la respuesta es ¡NO!   

Juventud en Éxtasis

Pocos autores representan tan fielmente aquello que aqueja a los jóvenes como Carlos Cuauhtémoc Sánchez en su novela del 96: Juventud en éxtasis. Historia que gira en torno a la vida del joven Juan Diego Luna, quien, siendo estudiante de secundaria, experimenta la transición de la niñez a la adultez, además de enfrentarse a los desafíos del amor, la sexualidad, el suicidio y la amistad. Solo algunas de las aristas en las que se divide hoy día la vida de cualquier joven. Esta obra nos muestra claramente la transición de larvas a adultos, con todo lo que ello conlleva (Más reseñas similares)

La neurociencia resume el trajín del joven: su rebeldía, anarquismo y cuestionamientos, en el lento desarrollo de la corteza prefrontal de su cerebro, la última en crecer y madurar. Aunque yo prefiero el resumen Borgiano, “La juventud es el tiempo de los sueños y las utopías”. Aunque los sueños del joven se truncan desde el primer empleo, la seducción del marketing, el consumismo, la esclavitud a las tendencias o moda, la tecnología de punta, la manipulación de los sistemas políticos y la competencia de ser siempre el mejor. Solo los años que vienen después de esto, se escucharán los lamentos de los nuevos mayores diciendo “Mi época fue la mejor”, alardeando una sabiduría que ya no aplica, porque los que vienen después, hacen parte de otro mundo.

Carlos Cuauhtémoc retrata esta faena en breves líneas, tejidas con realidad y reflexiones continuas para empatizar con sus personajes e interactuar con la historia. Sin dejar de lado, la férrea lucha del joven por escribir su propio camino, hasta condenarse a ser un adulto más. Ciclos que van de generación tras generación escribiendo la realidad acorde a la época y sus circunstancias ¿Conoces la larva junto a ti?

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