Chat GPT en la educación. ¡Le llegó el fin a la docencia!

Las revoluciones tecnológicas siempre han significado una transformación económica y social, que ha puesto a muchos sectores laborales en la incertidumbre sobre su futuro. Ahora mismo, muchos sectores se encuentran temerosos sobre su pronto reemplazo por la ola de IA (Inteligencia Artificial) que está impactando el mundo. La extinción de muchos sectores laborales parece inminente, pero ¿Será esto cierto? En caso de serlo, ¿Cómo está afectando esta tecnología la educación? ¿Seremos reemplazados los docentes por un avatar? Ayúdenme a comprender un poco mejor el panorama.

 

Lo primero que se debe resaltar es que; el cuento de que la nueva tecnología significa una perdida masiva de empleos es falsa, dados los hechos históricos que nos han precedido. El más claro fue la Revolución Industrial. A mediados del siglo XVIII se extendió el rumor de que las máquinas reemplazarían a los trabajadores, y no fue así, lo que provocó el implemento de maquinaria en la industria; fue la reubicación del trabajador en la misma industria. Ya no se necesitaba los 50 trabajadores que desempeñaran la labor que una sola máquina podía realizar, pero se necesitaba trabajadores que instalaran la máquina, la enseñaran a operar, le hicieran mantenimiento, la supervisara, la fabricaran nueva y la reemplazaran cuando dejara de funcionar. Razón tenía el escritor William Gibson al decir: “El problema de la tecnología, no es la tecnología en sí misma, el problema es la forma en que los humanos la utilizan”

Esto mismo ocurrió con la era de las computadoras en los años 80, la telefonía en los 90, la internet a comienzo de este siglo, las comunicaciones móviles entre otras muchas revoluciones. Esta reubicación laboral, que trae inherente un avance tecnológico, implica una mayor educación sobre los modelos financieros y la evolución de la industria. El telefonista ahora es llamado: Agente de call center; el cotero (persona que carga gran peso) ahora es llamado: Montacarguista; el conserje ahora es llamado: El personal de mantenimiento, etc. Sin importar a que sector laboral o financiero se esté moviendo la industria a la que hace parte en este momento, siempre habrá que capacitarse para estar a la altura de los nuevos retos. 

Es así que; la educación continuará siendo fundamental para cualquier implementación tecnológica. Pero entonces ¿Ahora el chat GPT no es más sabio, preciso, rápido y eficiente que un profesor? ¿No es mejor que sea la tecnología la que ahora eduque a la población? La respuesta a esto es ¡No!, por la sencilla razón de que; la tecnología no es capaz de usar habilidades blandas, al menos hasta ahora, quedando relegada únicamente a la sabiduría de la información, pero no a la aplicación en la complejidad del ser humano. Podrá predecir datos, pero esa es la maravilla de ser seres humanos, somo en muchos de los casos, impredecibles, cambiantes, desafiantes, rebeldes y hasta anárquicos por naturaleza.

Chat GPT, que no es otra cosa que; el mismo Google que habíamos estado usando desde la primera década de este siglo, pero con esteroides. Es decir; un buscador de información, pero con la capacidad de realizar la tarea completa: tomar la información, sintetizarla, redactarla, traducirla, presentarla de la manera deseada (cuadros comparativos, ensayos, resúmenes, etc.) y hasta expresarla en el tono que se desee (un sabio, un niño, un abogado, solo por mencionar algunos) Con todas estas bondades, la educación está temblando porque el estudiante ahora es capaz de hacer su tesis de grado en segundos, preparar sus tareas con un clic, con niveles de precisión increíbles y muchas veces difíciles de detectar por los docente. Lo que está forzando al sector educativo a moverse aprisa para ponerle freno, banearla, restringirla o satanizarla, con el argumento de que; no es el estudiante el que está pensando, sino la tecnología ahora piensa por él. Así lo expresaba el poeta alemán Enzensberger: “la tecnología es como una navaja suiza: útil y peligrosa al mismo tiempo”

 

Lo cierto es que: no podemos devolvernos a la Revolución Industrial, ni a las otras revoluciones mencionadas; lo que debemos hacer es: aprender de esta tecnología, adaptar las rúbricas evaluativas y crecer junto a ella, conocerla, manipularla y sacarle el mayor provecho posible. Las habilidades blandas aún están muy lejos de sus dominios y eso debemos aprovecharlo. No pude ser que; todos los sectores han cambiado para bien social, pero las aulas, los modelos pedagógicos y lo más importante en la educación, el sistema de evaluación, sigue siendo, en la mayoría de los casos, el mismo de mediados del siglo XVIII. Es tiempo de replantear la educación.

 

Seguiremos rechazando estos cambios o apoyaremos la afirmación que hacía Darwin: “No es la especia más fuerte la que sobre vive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta al cambio” ¿qué opinas?

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